Los libros póstumos son siempre riesgosos tanto para los lectores, los escritores así como para sus herederos.
Nunca los lectores nos quedamos con la certeza de su autoría. Sucede mucho en caso de escritores exitosos que fallecen y desde el más allá “siguen escribiendo”.
También representa un problema para el escritor que no tiene la posibilidad de re corregir o de aprobar la publicación. Quien fallece es la persona, pero el escritor sobrevive y continua comunicando a través de sus obras, mismo así fuera con un mismo libro o relato el que va siendo interpretado de diferentes formas por las generaciones sucesivas.
En el caso de “Vida de gallos” de Tomás de Mattos (1947-2016), creo que también mata al escritor. En una publicación reciente, de setiembre de 2016, fueron publicados nueve cuentos bajo ese título.
A los mismos les falta el remate que todo cuento requiere, pues sino sería un fragmento de una relato o de una novela. Se lee un marcado esfuerzo en emular a Juan Rulfo en “Pedro Paramo” y a Gabriel García Marques en “Amores en tiempos de cólera”.
Sabemos que ambas novelas son un ícono no solo de la literatura latinoamericano sino también universal y que la magistralidad de las mismas se nos cuela entre nuestra creatividad a la hora de escribir, pero el hecho marcado no satisface al asiduo lector, mucho menos tratándose de un escritor referencial para nuestro país como es el caso de de Mattos.
También el libro tiene faltas de sintaxis. Hay párrafos que no se entienden por más que los leamos varias veces. Resulta como un copio y pego y da la sensación de que al libro le faltó no solo corrección del autor sino también de la editorial.
Un solo cuento parecía se desprendía del resto con una prosa diferente y propia del autor, pero luego se termina convirtiendo en un relato histórico como es el caso de la relación que el Dr. Aimé Bonpland tuvo con Josefina Bonaparte durante el período en que fue su asesor en el jardín del palacio Malmaison en las afueras de Paris.
Un libro que llegó a mis manos por recomendaciones, pero que no solo no colmó mis expectativas, sino que me decepcionó y me dio pena pues seguramente le faltó el toque final del escritor, que en paz descanse.




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