Hoy abordamos el análisis de la obra de este artista con reconocimiento internacional.
Una obra nada fácil de asimilar en la medida de que requiere el compromiso mental del espectador.
Soto, instalado en Paris desde 1950, se tomó cinco años para analizar la situación artística de la época tan desarticulada en virtud de que la población europea aun no se había recompuesto luego de la II Guerra Mundial.
Todo estaba para ser hecho desde cero y Soto coincidió con esa postura provocando un relacionamiento innovador del arte con el ser humano.
La obra deja de ser pasiva, contemplativa para dar cabida a la participación del espectador que debe de propiciarle vida a través de su movimiento logrando captar la cuarta dimensión, una consigna que desde siglos atrás ya había provocado a los artistas como fue le caso de Leonardo da Vinci a través de su búsqueda de movilidad de su retratada Mona Lisa.
LA OBRA DE SOTO ES UN TESTIMONIO DE ALGO DIFERENTE. ES UN CONCRETO VISUAL QUE RECUERDA A ALGO QUE ES REAL.
Pero el ámbito debió de dar cabida a dos grandes genios que cambiaron el rumbo del mundo como fue el caso de Albert Einstein y Sigmund Freud. Solamente a través de la ciencia y de las matemáticas el hombre pudo atrapar el tiempo en el arte dando cabida a la cuarta dimensión.
El Arte Cinético es considerado una evolución matemática de la abstracción.
Mucho tuvieron que ver Los Disidentes, grupo de artistas venezolanos que tras las enseñanzas de Antonio Edmundo Monsanto llegaron a Paris en 1945 con su Manifiesto No. También incidió la postura rupturista de Paul Cezanne, máxime artífice del gran cambio del arte desde tiempos renacentistas, así como también la impronta de los rusos Laszlo Moholoy-Nagy y Naum Gabo.
Partiendo de ello, Soto logra dar vida a su propuesta logrando una nueva percepción a través de la confrontación de materiales que al movimiento del espectador resultaban moverse a ojos de los mismos.
Su consagración la logra con la creación de los Penetrables, obra en la que el público se adentra en la obra no ya solo con su mente sin con su cuerpo.
Las obras de Jesús Soto logran que el espectador sea el motor transformándose en parte integral de las piezas.
Participación vital fue la que tuvo la galerista René Denise (Paris, 1913-2012) quien luego del retiro del ejercito alemán de Paris, convirtió su taller de costura en una galería de arte y propició ese espacio para el grupo de artistas cinéticos quienes se consagraron en 1955 en dicha exposición colectiva llamada Le Mouvement.
El Arte Cinético es producto de la evolución de sus predecesores conformados por el Impresionismo, el Futurismo y el Cubismo que pretendían dará cabida al movimiento en sus obras.




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