Instancias Viajeras: Cita con Di Maggio

Hoy viví una instancia emotiva.

Estaba esperando la oportunidad de adquirir los libros de Nelson Di Maggio “Siete décadas en la crítica del arte” , publicados en dos tomos.

Revolviendo libros en una librería me los encontré, pero preferí comprárselos a él directamente. No para ahorrarme unos pesos sino para provocar el encuentro y rendirle una vez más homenaje.

Lo llamé y hoy quedamos en vernos.

Cuando llegué estaba esperándome en el paullier de su edificio con ambos libros en una preciosa bolsa, detalle no menor.

Sentimientos encontrados: feliz de verlo y triste por su aspecto tan mayor ayudado por un bastón.

De todas formas prevaleció por encima de todo, la alegría del encuentro pues hacía mucho no nos veíamos.

Verlo tan vigente, tan lúcido y atento a todo, me alegra el alma.

A Nelson le debo mi carrera artística.

A su lado me he formado.

-Si estás interesado en escribir sobre el arte tenés que seguir mis consejos, -me dijo y así lo hice.

Tomé todos los cursos que dio, viajamos juntos detrás de bienales y destinos culturales entre Europa, Estados Unidos y America del�Sur, leí varios de los libros que me recomendó, me suscribí a todas las revistas que me señaló y siempre me ha quedado aquello que reitera, “hay que ver y viajar para entrenar la vista”.

Al regreso de una bienal de Lima en 1999 me ofreció publicarme mi primera nota en La República.

Es un gran referente del arte con la capacidad de ver y relacionar una exposición con otra.

Posee una memoria fuera de serie y sus análisis reflexivos aportan mucha luz en el medio.

Un quiebre de salud lo trajo de regreso a su país luego de haberse instalado en Lisboa, ciudad que tanto ama y donde tenía la posibilidad de estar cerca de toda la movida artística.

Fue un golpe de mala suerte para él que nos benefició a los montevideanos pues nos acercó Europa.

Constante provocador, andariego incansable, no para de moverse detrás de las exposiciones.

Ya no quedan críticos como él, lamentablemente.

Agradecido de tenerlo a mi lado.

Me regresé feliz y ansioso por leer sus libros y por la linda dedicatoria.


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