Ricardo Lanzarini

Montevideo, Uruguay.

El arte no es como la filosofía pensamiento puro. El arte tiene que ver más con la arqueología y la curiosidad. El artista es un arqueólogo que por alguna razón está condenado a escarbar en su propia cueva”. Ricardo Lanzarini

Apreciar las obras de Ricardo Lanzarini (Montevideo, 1963) implica una complicidad entre el espectador y el mundo del artista.

Sus obras dan cuenta de un entorno particular que el artista, por no decir el dibujante como él se define, habita en forma constante y consecuente desde hace varias décadas.

El espectador queda extasiado, maravillado a la vez que sorprendido al acercarse a su obra.

No es fácil, pero hay que dejarse llevar, envolver.

Se trata de un ámbito privado suyo, muy íntimo, al cual el espectador debe de ingresar para poder captar su obra. Y ese ingreso debe de ser paulatino, sigiloso. Es en punta de pies como debemos de arribar, cuidando no distraer a los personajes delirantes que habitan ese mundo maravilloso.

Sin dudas Jorge Luis Borges abrió la puerta de las diferentes dimensiones en las cuales transitamos y su permiso nos ha facilitado el devenir entre distintas realidades las cuales habitamos.

Es sorprendente y digno de admiración ver con el ahínco con que algunos artistas insisten en habitar y en forma recurrente nos van invitando a introducirnos para formar parte de sus mundos.

Gabriel García Márquez, nuestro Juan Carlos Onetti, Juan Rulfo, son algunos artistas literarios quienes a través del ejercicio constante de tránsito por diferentes dimensiones, nos han permitido sentirnos libres a la hora de abrir nuestros mundos distintos al aparente que nos rodea.

También podríamos pensar que es a la inversa, donde el mundo que definimos como real no es tal sino que lo visitamos en la medida que necesitamos relacionarnos con nuestros pares, pero realmente donde habitamos es en nuestra propia dimensión virtual.

Es el caso también de los artistas plásticos Carlos Barea, Marco Maggi, por citar solo un par de referentes nuestros que habitan en sus propios entornos e insisten en permanecer allí.

El espectador queda sorprendido y conmovido recorriendo las obras de Ricardo Lanzarini quien nunca nos ha dejado de sorprender.

Me siento orgulloso de haber adquirido un par de obras suyas cuando recién comenzaba con esta forma de manifestarse que no todos comprendían.

Esta muestra sita en Galería Xippas, Lanzarini la tituló “Yo visité Ganímedes”.

Mas allá del conocimiento que se tenga del término, se entiende que la propuesta implica el ingreso a un mundo desconocido.

Ganímedes es el satélite natural más grande del sistema solar, lo que nos lleva a navegar hacia mundos libres dentro de nuestra imaginación.

En sus obras, Lanzarini plasma la idea de una de la definiciones del arte donde el artista busca evadirse de su mundo circundante para habitar otro donde lo recrea en función de sus necesidades.

Se trata de un artista que se manifiesta a través del dibujo, una forma de expresión gráfica muy antigua, por no decir la primera que el hombre ha utilizado donde ha encontrado el suministro de un vocabulario plástico que contempla y abarca las ideas que habitan dentro de su imaginario.

El dibujo es una manifestación realizada a través de líneas despojadas y absolutas donde no existen sombras o claroscuros que alteren la conformación de la idea del artista.

El dibujo está muy cercano al lenguaje. Es un manifestación gestual. Está dictado por nuestro interior, en muchos casos siguiendo líneas que van tomando forma paulatinamente sorprendiendo y transitando mundos que habitan dentro de la mente del artista sin cabal conocimiento.

Lanzarini escarbando, término que utiliza para expresarse, recurre a personajes de poder provenientes del ámbito político, religioso y militar, que se deben a su rol y no por ello escapan del desequilibrio cotidiano que involucra a todos los seres humanos.

Para ello los introduce en variadas manifestaciones y los hace participar en coreografías, bailes y diferentes manifestaciones envueltos en un grado de delirio demencial utilizando formas contorneadas que van siguiendo el ritmo del baile que están interpretando.

Los soportes utilizados por Lanzarini nos llevan a realizar un ejercicio donde sin ser conscientes a primera vista, nos obligan a mirar de otra forma sus obras.

Para ello recurre al uso de los rollos vacíos de papel higiénico así como las libretitas de hojillas JOB utilizadas para armar cigarros.

Sus dibujos diminutos que habitan en estos pequeños libritos de artistas, descontextualizan la postura racional habitual del espectador del arte convencional.

Podríamos decir que sigue los lineamientos de Marcel Duchamp cuando presentó su mingitorio en 1917 buscando desviar la mirada de las obras de arte fuera de la plataforma habitual.

En esta oportunidad, Lanzarini compuso su propuesta con algunos dibujos coloridos donde en forma psicodélica y también con cierto sesgo oriental, acompañan el movimiento de sus gordos que no cesan de bailar.

Una exposición imperdible que reafirma el carácter lúdico y persistente de uno de nuestros artistas con mayor trascendencia internacional.

Xippas Art Gallery : Bartolome Mitre 1395 – De martes a viernes de 11 a 18 hs. Sábados de 11 a 15 hs.

Del 13 de julio al 13 de noviembre, 2021.


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