Dentro de este nuevo programa, abordamos en nuestra primera charla, la obra de Artemisia Gentileschi (Roma, 1593-1653), artista emblemática y una de las más nombradas dentro de la amnesia de la historia del arte universal.
La hegemonía europea de la mano de los historiadores que hasta finales del SXX no reconocían la participación femenina, así como la importancia y los aportes que realizaron varias mujeres artistas, viene siendo revisada pero desde no hace mucho tiempo.
La temática siempre estuvo centrada en el artista hombre y blanco por lo que tampoco se reconoció artistas de otro color de piel.
En al caso de Artemisia, debimos de esperar el resurgimiento otorgado a partir del historiador italiano Roberto Longhi (alba, 1890-1970), quien le devolvió el lugar correspondiente así como el resplandor que otrora y durante su vida había tenido.
Se trató de una artista con una gran aceptación y demanda por varias de las cortes europeas, lo que la llevó a viajar por varias ciudades desde su Roma natal pasando por Nápoles, Paris y Londres, entre otras.
Como la mayoría de las artistas, Artemisia aprendió el oficio con su padre Orazio Gentileschi quien está presente en todos los libros de la historia del arte universal, mientras que ella que lo superó ampliamente, nunca fue nombrada.
Su obra padeció durante varios siglos bajo la desmemoriada y desconsiderada loza artística.
Otra figura destacada que luchó por devolverle su lugar dentro del podio universal de las mujeres, fue la historiadora Linda Nochlin (New York,1931-2017), quien dedicó su tesis para defender la presencia de las mujeres dentro del arte y a partir de allí no paró.
Al día de hoy las mujeres siguen luchando para conseguir ser reconocidas dentro del arte sin tener que estar considerando el sexo del artista.
El arte no tiene sexo. Tampoco existe el arte femenino. Lo hay más colorido, delicado, poético si es que eso se puede asociar a las mujeres, aunque tampoco esas características son exclusivas del genero femenino.
A lo que sí debemos de referirnos es al arte feminista que es algo bien distinto a hablar del arte femenino.
Vale la pena acercarse a la obra de Artemisia quien representó escenas bíblicas, temas mitológicos, con una mirada donde la mujer deja de ser un objeto sexual para tomar vida y dignidad como ella lo supo hacer.
A dichos efectos, es muy enriquecedor enfrentar sus obras con las de sus pares masculinos donde se puede notar esa gran diferencia.



