Buenos Aires, Argentina.
La Avenida Alvear, llamada Bella Vista hasta 1885, fue cuna de residencias de familias adineradas, que influenciadas por la arquitectura europea, fueron poblando la ciudad a imagen y semejanza de las principales urbes como Londres y fundamentalmente París, desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Con el paso del tiempo y el vaivén constante de la economía argentina, estas enormes casas sobredimensionadas de acuerdo al hábitat actual, fueron siendo sacrificadas en pos de dar paso a nuevas construcciones. Algunas corrieron con suerte y fueron reconvertidas en museos y hoteles como es el caso del Palacio Duhau que perteneció a Luis Antonio Duhau (Buenos Aires, 1884-1963), actual sede del Park Haytt.
Otras, como la sede actual de la Casa de las Academias Nacionales, construida por Alejandro Bustillo (Buenos Aires, 1889-1982), en 1925 así como la residencia perteneciente a la Santa Sede, construida por el destacado arquitecto francés Eduardo Le Monnier (París,1873-1931) para la familia Fernández Anchorena, permanecen en pie y se mantienen bien cuidadas.
La casa perteneciente a la Curia argentina, donde se alojan los papas cuando visitan Buenos Aires y que sigue aguardando la venida del papa Francisco, luego del paso de los Anchorena, fue habitada por Marcelino T. de Alvear y finalmente por María Adelia Harilaos de Olmos.
María Adelia, viuda del gobernador de Córdoba, Ambrosio Olmos, la donó a la Curia, quienes velan por su cuidado y mantenimiento acorde, conservando el jardín original intacto en toda su extensión.
A partir de la decisión de convertir al Palacio Duhau en un hotel, la Curia debió defenderse de los avances indiscretos del hotel Haytt cuando construyó su alta torre, que se adentra en sus jardines a través de las miradas curiosas e indiscretas de sus huéspedes .
Otro edificio de valor patrimonial es la residencia de estilo Art Nouveau construida en las primeras décadas del siglo XX, que perteneció a la familia Lloubet.
Desde fines de los años noventa del siglo pasado, albergó durante un tiempo a la firma Ralph Laurent.
Durante esos años en que fue sede de la tienda, se la podía recorrer apreciando su gran boiserie que acompañaba sus paredes para deleite del visitante. Lamentablemente hoy día volvió a caer en manos del abandono.
La residencia Maguire, ubicada en la esquina de avenida Alvear y Rodríguez Peña en pleno barrio de Recoleta, que se ha mantenido en pie luchando contra el despiadado paso del tiempo valiéndose de la naturaleza, estuvo a punto de ser devorada por las raíces de los arboles que pueblan sus vastos jardines.
Fue encargada en 1890 por el ingeniero Alexander Hume (Londres, 1844-1911) perteneciente a la industria ferroviaria, al arquitecto inglés Carlos Ryder (1851-1937) para su construcción.
El diseño del jardín estuvo a cargo del paisajista parisino Charles Thays (1849-1934), quien también realizó algunos parques en Montevideo como el Parque Battle, Parque Rodó, Plaza Independencia así como el diseño de Carrasco convocado por Alfredo Arocena, entre otras obras de destaque.
Está encuadrada dentro del estilo victoriano con características eclécticas dando cuenta del gusto de su propietario fascinado por la amplia cultura europea, para lo cual importó los materiales de Escocia para su construcción.
Alexandre Hume, atento al desarrollo de las artes de la ciudad, albergó en su residencia en 1893, una de las primeras exposiciones de arte, donde participaron artistas pertenecientes tanto a las arte plásticas como a las artes decorativas provenientes de de algunas colecciones privadas.
Dentro de los artistas participantes, se destacó la obra del pintor, crítico e historiador de arte Eduardo Schiaffino (Buenos Aires,1858-1935), quien fuera el fundador del Museo de Bellas Artes de Buenos Aires.
A mediados de la década de 1920, la casa fue adquirida por algunos integrantes de la familia Duhau.
Actualmente está ocupada por la hija del matrimonio compuesto por Susana Duhau y John W Maguire, María Susana Maguire Duhau de Biocca, quien se mantiene al margen de todo eventual contacto para abrir su casa al público.
En 2002 fue declarada Monumento Histórico Nacional.
Recientemente la casa fue emprolijada, al menos en su aspecto exterior donde se quitaron algunas de las enormes raíces de los arboles que peligraban mantenerse en pie.
Ojalá que la misma mantenga su cuidado interno también y que pronto pueda ser visitada, al menos durante los días del Patrimonio.
Recorrer estas casas que claman a gritos por su mantenimiento y continuidad, nos llevan a recordar el magistral libro La casa escrito por Manuel Mujica Lainez en 1954, novela en la cual el escritor le cede la palabra a una casa que va sufriendo los achaques económicos de sus habitantes.




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